Hoy, le das a un mindungui una batuta institucional, se le afloja la vejiga de la oratoria, le sube el colesterol lírico, y te arma un chapapote o una montería en Irak. (posible referencia sin formato: El País: Aznar, Fraga, Parga, cuentacuentos, Enrique Cerdán Tato. 26 enero 2003.).