“En esta facha, molido, arrugado, barbudo, no voy a casa de tu prima, me da vergüenza”, digo. “No seas chinchoso, la casa es mía; en los altos vive mi prima, viuda, con una hija de quince años, una chiquilla preciosa, y, maldición, condenada a morir sin remedio.Daniel Belmar. Detrás de las máscaras. Página 124. Editorial: Zig-Zag. Santiago, 1965. Formato: pdf.