«Por encima de estas escombreras pasan continuamente volquetes con tres y cuatro mulas, rebaños de cabras escuálidas, burros blanquecinos, chiquillos harapientos, parejas de golfos que se retiran a filosofar lejos del bullicio del pueblo, mendigos que toman el sol y perros vagabundos.» Baroja, Pío (1904). «cap. I», La lucha por la vida III. Aurora Roja, Segunda parte.
«Todo aquello era una farsa lúgubre que oprimía el corazón, y don Pablo que la presidía, el infeliz D. Pablo, escuálido, ojeroso, amarillo, trémulo, parecía haber salido de la sepultura y esperar el canto del gallo para volverse a ella.» Pérez Galdós, Benito (1873). «cap. X», Gerona.
«Y aunque todo mi ser gravita // cual un orbe vaciado en plomo, // que en la sombra paró su rueda, // estoy colgado en la infinita // agilidad del éter, como // de un hilo escuálido de seda.» López Valverde, Ramón. La última odalisca.
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Por extensión, que presenta un estado deteriorado por el abandono o falta de cuidado.
«Solo y silencioso aquel boscaje // de plumeros verdosos y mojados, // de áspides, de prados desolados, // parece un escuálido paisaje.» Palacios, Pedro Bonifacio. Invernal.
«Más allá, bajo el naranjal escuálido que dejaron los jesuitas, se alza el ranchito de lodo y de caña, agujero donde se agoniza en la sombra.» Barrett, Rafael (1910). Lo que he visto.