"La mayoría de edad no sólo la encuentra casada y permitiéndose algunos lujos materiales. Uno de sus flamantes logros es haber podido poner una palabrota (damn! [‘¡mierda!’ en inglés]) en el título del álbum. Por respeto a su padre había dejado afuera del primer disco expresiones como esa." Diario Clarín, Buenos Aires, 16 de abril del 2007 [1]