“Se piensa inevitablemente en los oasis africanos, en la Arabia feliz, en el talante lujurioso y epicúreo de los moros que conquistaron y cultivaron estas comarcas. Pero el palmeral es anterior a la sabiduría hortelana de los musulmanes, a su pacienzudo amor por el agua y la vegetación”. Agromayor, Luis (1987). España en fiestas. Madrid: Aguilar, pág. 343.