Es mí padre pertinaz; ni viejo admite la paz, ni mozo quita del lado el acero que desciño.Tirso de Molina. La venganza de Tamar. Capítulo Acto I, Escena I. Página 2.
Esto ha sido por vustedes que agora va mi soneto: Boca más sazonada que el arroz y más recta que un juez, blanca nariz, manos más blancas que la regaliz, y ojos más segadores que una hoz, manos que, como patas, pegan coz, ojos que echan de rayos un cahíz, boca que está de zape y dice miz, y nariz que la sirve de albornoz, nariz con el catarro pertinaz, ojos que miran sesgos cualque vez y boca que repudia el alcuzcuz. Si las manos me dais en sana paz como a una mona de Tetuán o Fez, las morderé un poquito y haré el buz.Pedro Calderón de la Barca. El sacristán mujer. Capítulo p. 17.