"Algunos, creyendo ser impossible mantener siempre la luz sin subministración de nueva materia, pensaron en sugerírsela a beneficio preciso de la naturaleza, colocando la lámpara en alguna parte subterránea donde haya manantial de petróleo, o otro betún líquido". Feijoo, Benito Jerónimo (2003 [1730]) Theatro crítico universal. Madrid: Real Academia Española, p. 51
"En cambio, el automóvil de petróleo no necesita nada de esto. Con un depósito de petróleo tiene bastante. El mismo movimiento del émbolo en el cilindro atrae el aire exterior, que al pasar lamiendo la superficie del petróleo, se carga de vapores de este líquido y penetra en el cilindro, convertido en mezcla explosiva." Echegaray, José (1905) Ciencia popular. Madrid: Hijos de J. A. García, p. 564