Del griego antiguo σῦκον (sỹkon, "higo, vulva") y ἀλειπτικός (aleiptikós, "masajeador"). Fue acuñado en 1902 para el anuncio de una obra pornográfica1. Es uno de los excepcionales vocablos acuñados directamente en español a partir de un etimo clásico, por lo que carece de cognados fuera de las lenguas peninsulares. Compárese con el catalán sicalíptic.
↑Coromines, Joan y José A. Pascual, Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, 6 vols., Madrid: Gredos, 1980–1991. ISBN 978-84-249-1362-5, q.v.