«Cuando se encontró ante el hombre de mirada torva y bigote fatuamente retorcidos, al cual iba a dar cuenta de su actuación, sus carnes temblaban como las de un niño asustado. No estaba seguro de la solidez del piso». Falcón, César (1979). El agente confidencial. Madrid: Ayuso Gonzalo Santonja, 174.
«Una vez que el tetraedro no es otra cosa más que una pirámide triangular equilátera, hallaremos su solidez en virtud de lo dicho». Varas, Antonio (1801). Aritmética y geometría práctica de la Real Academia de San Fernando. Madrid: Imprenta de la viuda Ibarra, 216.