yo siempre le llevaba por los peores caminos, y adrede, por hacerle mal y daño . Con esto, siempre con el cabo alto del tiento me atentaba el colodrillo, el cual siempre traía lleno de tolondrones.Anónimo. El Lazarillo de Tormes (1554). Páginas 23 y 24. Editorial: Revista VEA. 1987.