Al mismo tiempo colmaba de atenciones a mi mujer; intimaba con mi suegra y con Manolo; servíales a punto y bien en los menesteres más extraños a su destino, y todos se complacían en mi casa en mimarle, considerándole como un valiosísimo estuche de cosas y de habilidades.José María de Pereda. Pedro Sánchez. Capítulo 30.