Del latín sepia2, y este del griego antiguo σηπία (sēpía), de origen incierto3. El término sólo cobra frecuencia en el siglo XVIII, por influencia del italiano seppia; históricamente había sido marginado por el doblete jibia, adoptado del romance andalusí. Compárese el catalán sípia, el francés sèche o el portugués siba.
↑Desde 1999 se recomienda considerar siempre diptongo, a efectos de acentuación gráfica, la combinación entre vocales cerradas “átonas” (/iu/, /ui/), o entre vocales cerradas con vocales abiertas ambas “átonas” (/ua/, /ei/, /io/, etc.). Esta recomendación se transforma en prescripción a partir de la reforma ortográfica de 2010, por lo que muchas palabras que se podían escribir con hiato deberán escribirse en diptongo. No obstante, esto no implica una proscripción en la pronunciación. Más información.