Explica que se debe tener cuidado con pensar que algo ha terminado aunque así lo parezca, que es necesario asegurarse bien y contar con la posibilidad de que ocurra lo improbable.
―Es un mendigo ―dice―, lo que bota la ola. Parece que ya murió. Mañana se investigará; sus nombres y domicilios, por favor, ya está. Por si acaso hay que llevarlo a la Asistencia. Se han visto muertos cargando adobes…Daniel Belmar. Detrás de las máscaras. Página 153. Editorial: Zig-Zag. Santiago, 1965. Formato: pdf.