Término acuñado en el siglo xvɪ, el cual hacía referencia a la sal que se produce en el Mar Muerto. Antiguamente pertenecía a los sustantivos de género femenino; pero por analogía con palabras terminadas en ־ח, como «ירח», pasó a formar parte de los sustantivos de géneeo masculino. Sin embargo, otra teoría dice que desciende e la raíz protosemítica*milh-, esto mediante comparaciones con otras lenguas semíticas, como el arameoמלחא, sirio clásicoܡܠܚܐ, árabeملح.