Si puedes, incorpórala: ver cómo.
era tanta la gente apiñada que al italiano no le quedó más remedio que ayudarse con lo único que tenía a mano. “A ver, señores; permiso, por favor” decía, empujando con su maletín.Patricio Jara. Prat. Página 15. Editorial: Santillana. 2014.