JULIÁN.― (Remedándolo.) Una cacería... ¡Qué fomedad! Despertarse con los gallos, vestirse de mala gana, tragar un desayuno y helarse por los caminos embarrados, para matar dos o tres pajaritosque después ni siquiera se pueden comer, porque están llenos de municiones. No, Enrique ¿cómo se te ocurre que te iba a invitar para eso? Este es otro tipo de caza. Una caza que se va a llevar a cabo aquí adentro.Luis Alberto Heiremans. Moscas sobre el marmol. 1958.