Una parte contratante demandando o siendo demandada en una disputa legal.
Ejemplo:
"El proceso contra los portugueses duró más de tres años; algo menos, es cierto, de lo que hoy dura un pleitecillo en nuestros tribunales de justicia, donde al litigante, entre abogado, escribano, procurador y papel sellado, lo hacen pasar más torturas que los torniceros a un reo de Inquisición." [1]
"Tío Ebil se puso a gritar, llamándolo ladrón y tramposo. El herrero gritó más y lo llamó «campesino ignorante». Pronto se formó un círculo de hombres, mujeres y niños alrededor de los litigantes". Lanzotti, Paolo (1999). Kengi y la magia de las palabras. Ediciones SM, 29.