Judith... dame un cuchillo..., pronto, rápido... al tenerlo en la mano, se abalanz6 sobre el cuadrado, que estaba sobre una mesa, y lo enterró en el lienzo...con fuerza, rabioso, ávido...; pero la lámina no perforaba la tela; caía relampagueante, herida, por la luz, y parecía chocar contra algo impenetrable, saltando hacia atrás...; ni un rajón, ni una rasmilladura, nada...; solamente el cuadrado negro, luminoso, hondo como un abismo.Luis Alberto Heiremans. Cuentos completos. 2015. OCLC: 969036925.