―¡Aguaite, oña Trini, el viejo fresco! ¡Quién le irá a hacer caso! Será por lo nuevo y boñicho qu’es. ―Viejo, pero apellinao,―apunta Caamaño, celebrando con el aludido la frase, mientras ellas casi a una voz exclaman: ―¡Miren que yunta se juntó! ¡Apenas se pueden la carreta y ya quieren correr con ella!Durand, Luis, 1895-1954. Tierra de pellines. Página 81. 1929.