"En ella, en fin, y colocadas las tres urnas en un suntuoso catafalco, iluminado con cien blandones, celebráronse las solemnes honras y oración fúnebre, concluyendo tan solemnísimo acto, a las cinco de la tarde con las descargas de fusilería y el incesante estampido del cañón". Mesonero Romanos, Ramón de (1994 [1880]) Memorias de un setentón. Madrid: Castalia, p. 209
"Trabajar en placa supone todo un ceremonial. La cámara para sacar ese tipo de fotos es un catafalco enorme, viejo y una vez que ponés la placa ya no ves más nada a través de la lente." Los caminos de la vida, Diario Página/12, 11 de septiembre de 2005