"Mas esta opinion no es corriente, y los barceloneses pretenden que allí se imprimiera la primera obra que se dió á luz en España por aquel nuevo método. y en especial para la renovacion de los libros del oficio divino, muy deteriorados por el uso contínuo y preciso, y por la dificultad en renovarlos. Las iglesias de Barcelona, Valencia, Vich, Zaragoza, Toledo y Salamanca se apresuraron á utilizar tan precioso invento, y en casi todas las obras incunables, ó de aquel tiempo, se echa de ver la mano de varios eclesiásticos, ó como escritores, ó costeando las ediciones." de la Fuente, Vicente (1874) Historia eclesiástica de España. Madrid: Compañía de Impresores y libreros del reino, t. V, p. 94
"Este loco (y perdóneme la franqueza) no busca libros, sino ediciones; ejemplares raros por su escasez y por su fecha. Un incunable ¡qué felicidad!" de Pereda, José María (1880) Manías. Madrid: M. Tello, p. 356
"Este tratado de higiene es el más conocido y famoso de Arnaldo, y hay de él innumerables ediciones sueltas: diez enumera Nicolás Antonio, a contar desde la de Pisa, 1484. Pero nuestro La Serna Santander describe otras dos incunables sin fecha ni lugar. La primera parece ser de Lovaina typis Joannis de Vestphalia; la otra se dice enmendada por los doctores de Montpellier, y entrambas fueron impresas hacia 1480, según opina La Serna" Menéndez Pelayo, Marcelino (1948 [1881]) Historia de los heterodoxos españoles. Madrid: CSIC, t. II, p. 260