Arma, usada desde tiempos remotos, que consta de dos cuerdas, de medio metro aproximadamente, unidas por una pequeña banda de cuero en la que se coloca el proyectil, normalmente una piedra, y, cogiendo las cuerdas por el otro extremo, se hace girar este, que se sostiene gracias a la fuerza centrífuga. Con un movimiento de muñeca el proyectil queda libre y es lanzado a gran velocidad contra el objetivo.