"En entrando en los lugares do habían de presentar la bula, primero presentaba a los clérigos o curas algunas cosillas, no tampoco de mucho valor ni substancia: una lechuga murciana; si era por el tiempo, un par de limas o naranjas, un melocotón, un par de duraznos [...]. Así procuraba tenerlos propiciosporque favoreciesen su negocio y llamasen sus feligreses a tomar la bula." Anónimo (1987 [1554]). El Lazarillo de Tormes. Revista VEA, 93,94.