Del italiano salame, y este del italiano -me[1], quizás reproduciendo un hipotético etimo tardolatino *salamen.[2] La Academia privilegia inexplicablemente la variante peninsular salami, derivada de un reanálisis del plural italiano como singular.
Tome Vuestra Señoría muestra general de artilleros y gente de guerra, y forme compañías con sus capitanes, ayudantes, alféreces, sargentos y demás oficiales; nombre gente para pertrechar la batería del enemigo, faginar y terraplenar; mande recoger todas las municiones y víveres, comestibles y salame de todo género, aceite, vino, sal, legumbres y queso; haga molinos y provéase de trigo; tome medicinas y prepare lugar para los heridos.Diego Duque de Estrada & Henry Ettinghausen. Comentarios del desengañado de sí mismo. Página 480. Editorial: Wayne State University Press. 1982. ISBN: 9788470394089.
Ejemplo:
El comisario dijo que sí, se sentó, tomó su jarro de mate cocido y su galleta, y hasta un pedazo de salame que le alcanzaron en la punta de un cuchillo, junto con alguna jarana livianita sobre los puebleros que madrugan, que el comisario empardó para que supieran que venía en paz a comer como un cristiano, y a estar un rato con ellos, aunque eso era más difícil de explicar, porque no tenía gollete.Rodolfo Walsh. Operation Massacre. Página 139. Editorial: Seven Stories Press. 20 ago 2013. ISBN: 9781609805142.
Te pregunto qué hacemos allí sin hacer nada entre el calor que nos ha vuelto inútiles te explico lo que es ser un salame, somos un par de salames vos contestás nosotros también esperamos.Juan Carlos Martelli. Persona pálida. Página 51. 1967.