Del latín per ("por") y hoc ("tanto"). Desplazó de la lengua habitual a mas, derivado del latín magis, que hasta el siglo XV era la conjunción adversativa por excelencia1
«¿Traes bien guardado el yelmo de Mambrino, que ya vi que le alzaste del suelo cuando aquel desagradecido le quiso hacer pedazos pero no pudo?» de Cervantes Saavedra, Miguel (1632). «I», Don Quijote de la Mancha, 25.
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Úsase en posición inicial con valor enfático o para indicar sorpresa.
Ejemplo:
«¿Pero dónde puede estar Catalina? ¿Habrá seguido a la monja?» Baroja, Pío (1919). «XIV», Historia de las buenas andanzas y fortunas de Martín Zalacaín el aventurero.
3
Úsase para contraponer una afirmación a una negación anterior.
«El máximo accionista justifica la marcha del jugador asegurando que era interés del club y que él no puso peros a la operación» (29 de julio de 2010) en La Verdad: Juli debería besar al Elche por donde vaya.
«la fruta que lleva es muy parecida en lo exterior á un pero grande, muy tierna, dulce, aguanosa y de muy buen sabor.» Cobo, Bernabé (1890 [1653]). en Sociedad de Bibliófilos Andaluces: Historia del Nuevo Mundo, II, 39.